Los comienzos

El acto del Prendimiento es uno de los más antiguos de la Semana Santa de Tobarra, se sabe que se celebraba todos los miércoles santos antes incluso de la Guerra Civil y siguiendo la costumbre local, se hacía dos veces, una a la salida del grupo escultórico del Paso del Prendimiento, en la Placeta de San Roque y otra, al regreso de la Procesión en la Plaza de España.

Sin embargo, en 1999, a iniciativa de la Hermandad de Soldados Romanos presidida en esos momentos por Diego «El Ronco», se crea el Acto del Juicio a Jesús.

Esto supuso incorporar al acto la figura de Poncio Pilato, que acompañaba a los Romanos en la procesión de subida y al regresar a la plaza se subía a un sencillo escenario sin decoración y se lavaba las manos ante todos. Tras el lavatorio, se repetía el acto del Prendimiento.

Poco a poco se fueron incorporando nuevos elementos decorativos hasta que finalmente, el acto se hace hablado y representado y el viejo acto del Prendimiento deja de repetirse en la Plaza de España, quedándose únicamente para la «Placeta de las Pescaderías»

Antonio Carrascosa Mendieta, por entonces cura párroco de San Roque le pone texto a petición de los organizadores, indicando que tal vez se podría ir variando con el tiempo o ir añadiendo nuevas figuras (él mismo da varias sugerencias), no obstante, desde que lo realizó hasta hoy está inalterado.

En un principio la figura de Jesús era representada por la imagen de Jesús del Paso, cuyo grupo escultórico se colocaba en un lateral del escenario y las luces del trono se encendían cuando le tocaba hablar a Jesús, leyéndose el texto de Jesús con una voz en off, posteriormente se añade un actor representando al mismo Jesús diciendo el mismo texto.

El Acto

En la Plaza de España se ha instalado un escenario por la mañana que suele decorarse por la tarde con una balaustrada, dos columnas unas telas, plantas y ocasionalmente un pebetero y algún elemento decorativo más.

A la llegada de la Procesión a la Plaza, sube Poncio Pilato con unos romanos al escenario y otros romanos llevan por la Plaza hacia él agarrado a Jesús, que sube también al escenario.

Ahí Pilato habla con el pueblo (representado desde abajo por un grupo de actores normalmente hermanos de los Romanos, ataviados con túnicas) que exige la muerte de Jesús, Pilato les dice que lo hagan ellos, el pueblo le contesta que no tienen potestad para ejecutarlo, Pilato interroga a Jesús que en un principio no habla.

Pilato ordena salir a Barrabás y Jesús finalmente pronuncia las palabras que recogen los evangelios «No tendrías ninguna autoridad sobre mí si no te la hubieran dado de lo alto…»

El pueblo le reprocha a Pilato que dado que Jesús se ha proclamado rey, es enemigo del César y amparando al «falso rey» el propio Pilato se está convirtiendo en enemigo del César.

Ante esta tesitura Pilato ordena la suelta de Barrabás y condena a muerte a Jesús, el pueblo acepta la sentencia y la asume como propia.

«Allá  vosotros,  yo  soy  inocente  de  esta  sangre»

Pilato se lava las manos ante todos y con un «¡Que se cumpla la sentencia!» ordena la muerte de Jesús en la Cruz

Tras ello Jesús es cargado con el peso de la cruz y es conducido por toda la plaza por los soldados romanos hasta perderse entre la multitud y finaliza el acto.