El origen de la Bajada del Paso Gordo

El 11 de enero de 1952 cayó la torre de la Iglesia de la Asunción, ello provocó que las imágenes que desfilaban en la Semana Santa de Tobarra se refugiaran en distintos lugares. A la finalización de la procesión de Jueves Santo, los tronos se recogieron en el Convento Franciscano de San José para poder reiniciar el desfile de la Procesión al Calvario el Viernes Santo por la mañana.

Al llegar al Convento el cura le dijo a los agarráores que el Paso Gordo no entraba, que para entrar tenía que pagar. Los agarráores se negaron a hacen ningún pago y tomaron una decisión salomónica: ¡A la Encarnación! y decidieron subirlo a la Encarnación. El día siguiente el Paso Gordo no participó en la procesión.

El año siguiente el Paso Gordo bajó Jueves Santo por la tarde para incorporarse a la Procesión de Jueves Santo con el resto de hermandades participantes (todas las que participan actualmente excepto el Cristo de la Columna, que todavía no había sido recuperado tras la Guerra).

Así, desde 1953 se repite el ritual de la Bajada del Paso Gordo por las empinadísimas cuestas de la Encarnación. Al principio a hombros de 16 agarráores y hoy a hombros de 30.

El Ritual de la Bajada

El ritual de la bajada es sencillo y sobrio, antes de bajar se reza un padrenuestro en memoria de todos los hermanos fallecidos, nombrándose especialmente a los fallecidos en el año.

Tras el padrenuestro el Presidente dirigía una arenga para reforzar la moral y las fuerzas de los agarrráores. Y después, se hacen los relevos.

Años después se añadieron las arengas, una por un agarráor veterano y otra por un agarráor joven, normalmente por un padre y su hijo, colocándose delante del tradicional padrenuestro.

La Bajada del Paso Gordo es uno de los actos extraoficiales más importantes de la Semana Santa de Tobarra, y ha ido ganando poco a poco cada vez más público. No hace mucho eran apenas unas decenas las personas que iban a la Encarnación a ver la Bajada, hoy se cuentan por centenares, una verdadera multitud acompaña al Paso Gordo desde el final de la Cuesta de la Encarnación hasta la Plaza de España, donde termina el recorrido.
En la última cuesta se interpreta el Himno Nacional de España y al llegar abajo, el Paso Gordo echa a andar al compás de la marcha «Agarráores de la Caída» compuesta por el maestro y hermano de la Cofradía José Auñón Paterna.

Los abrazos de los agarráores al llegar a la Plaza de España ponen fin al ritual de la Bajada del Paso Gordo, para la hermandad está a punto de comenzar la Procesión de Jueves Santo.