La Tamborada Escolar de Tobarra

Los orígenes

En 1982 los colegios de Tobarra tienen la feliz iniciativa de crear una tamborada la tarde de Miércoles Santo. Ese año las instituciones educativas supramunicipales deciden que el Miércoles Santo sea día lectivo. Eso supone un gran problema porque en Tobarra, a partir de las cuatro de la tarde ya se puede tocar el Tambor y es muy complicado que se lleve a los niños al colegio.

Para corregirlo, se crea la Tamborada Escolar como actividad lectiva para la tarde. Los niños de Tobarra irán al colegio pero en lugar de tener clase, tocarán todos juntos el tambor acompañados y dirigidos por los maestros de la localidad.

El gran miedo de la organización era que la respuesta de los niños fuera muy baja, así que se añadió el incentivo de que aquellas clases que alcanzaran el mayor porcentaje de participación recibirían como premio un viaje cultural.

No fue necesario repetir demasiadas veces ese incentivo porque desde el principio la participación en la Tamborada Escolar fue masiva.

La organización

La organización de la Tamborada Escolar recayó en los colegios de Tobarra (en un principio el único colegio que había, dividido en tres grupos escolares: el Colegio Nacional Cervantes), con la colaboración del Ayuntamiento.

Posteriormente, la Asociación de Cofradías comenzó a encargarse de la aportación económica necesaria para la organización: un sorteo de un tambor por colegio, cartelería, pegatinas, promoción y una merienda a todos los niños participantes.

La Tamborada ha ido evolucionando hacia una mayor participación de los padres de los niños. Especialmente desde el momento en que la tarde del Miércoles Santo dejó de ser lectiva de nuevo y los profesores que eran y vivían fuera de Tobarra, dejaron de participar al estar de vacaciones.

La Tamborada comienza con una concentración de los niños de los distintos colegios en la Plaza de España, alrededor de las 16 horas. Cada año se encarga un colegio distinto de la confección de la pancarta.

Desde la Plaza de España la Tamborada se dirige, por la Calle Mayor, y la Avenida, hacia el patio del Colegio Cervantes, donde se da una merienda a todos los asistentes. Algún año ha terminado en la Plaza de Toros cubierta.